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sábado, 25 de febrero de 2012

Antiguo carnaval pozoalbense

(Imagen de carnaval en calle Ayuntamiento de Pozoblanco)

Por José Luis González Peralbo.

La anotación más antigua que conozco sobre el Carnaval en Pozoblanco, procedente de la documentación depositada en el archivo municipal, data de principios del siglo XIX. Un auto de buen gobierno mandado publicar en la villa de Pozoblanco por el corregidor de las Siete Villas de los Pedroches, don Dionisio Catalán, con fecha de 27 de Mayo de 1806, en su disposición nº 13, señala lo siguiente:

“Que no se use de máscaras, ni disfraces, ni se muden de trages [sic] hombres y mugeres [sic]; bajo la pena de la Ley, ni se den cencerradas en los casamientos de viudos, ni otros; bajo la pena de diez ducados, y de proceder a lo demás que haya lugar”.

Con posterioridad a la fecha citada, disponemos de lo registrado en una sesión municipal celebrada por los señores regidores el 31 de enero de1842. Incluida entre las decisiones aprobadas figura el acuerdo de:

“Tomar medidas para que en los días de Carnaval no se cometan abusos con los ramos que llaman de compadres”.

El término utilizado debe referirse, sin duda, a las cuadrillas de amigos o más probablemente de trabajadores de determinados oficios que eran quienes protagonizaban cantos y comparsas en estas fiestas tan animadas.

El carnaval se desarrollaba por entonces –mediados del siglo XIX-durante tres días, a los que se añadían domingos como el de Piñata.

Salvo en años de gobiernos muy autoritarios y conservadores, las fiestas de carnaval contaban con el beneplácito de las autoridades aunque los alcaldes de cada momento trataban de evitar cualquier exceso que pudiera desembocar en desórdenes públicos o en diversas formas de delincuencia.

Los bandos de alcaldía que se conservan en el archivo municipal, fechados a finales del siglo XIX y principios del XX, dan fe de esta preocupación de la autoridad que no duda en acotar las manifestaciones festivas carnavaleras con diversas ordenanzas municipales así como en amenazar a los infractores de las mismas con la intervención de los agentes del orden y con sanciones penales o económicas. He aquí algunos ejemplos:

BANDO DE LA ALCALDÍA PARA EL CARNAVAL DE 1881

Don Cristóbal Sepúlveda y Quirós, Alcalde Constitucional de esta Villa,

Hago saber: Que a fin de que se guarde el debido orden en las fiestas del presente Carnaval, deberán observarse las siguientes prescripciones:

1ª. No se permitirá el tránsito por las calles de la población con la cara cubierta, sino durante el día, prohibiéndose en absoluto durante la noche desde el toque de oraciones.

2ª. No se permitirán disfraces de sacerdotes ni orden religiosa alguna, ni tampoco de militares u otra cualquier institución del Estado.

3ª. Queda así mismo prohibido el uso de armas de toda especie, aun cuando sean requeridas por el traje.

4ª. No se consentirá bajo ningún pretesto [sic], proferir palabras o gritos obscenos, ni hacer ademanes o simular actos que ofendan a la moral y al pudor.

5ª. Ninguna persona tiene derecho a levantar la careta a los enmascarados; y en el caso de verse molestada inconvenientemente por alguno de ellos, acudirá a los agentes de mi autoridad, a fin de aplicar el correctivo á que haya lugar.

6ª. Queda terminantemente prohibido entrar a ninguna hora del día o de la noche, con careta puesta, en los casinos, tabernas y demás establecimientos públicos, ni tampoco en las casas particulares.

7ª. Se advierte muy especialmente a los dueños de establecimientos de bebidas, cierren los suyos a las horas que les está prevenido.

De la sensatez y cordura de este vecindario, espero la puntual observancia de estos preceptos, no dando lugar a que empleé el rigor de la Ley en los contraventores a ella.

Pozoblanco 27 de Febrero de 1881.
El Alcalde, Cristóbal de Sepúlveda y Quirós.

BANDO CARNAVAL AYUNTAMIENTO DE POZOBLANCO 1881:



BANDO DE LA ALCALDÍA PARA EL CARNAVAL DE 1901

Don Miguel López López, Alcalde accidental de esta Villa.

Hago saber: Que acercándose las fiestas del Carnaval, he creído oportuno, que durante las mismas, se observen las siguientes disposiciones.

1ª. Toda persona que en ocasión de las fiestas se presente en público en forma que ofenda la moral ó la decencia será detenida por mis Agentes y entregada á la Autoridad que corresponda.

2ª. Se prohíbe en los disfraces, trages [sic] y signos que representen estados Religioso, Militar ó Civil; también lo está el uso de armas aunque lo requiera el trage que vista.

3ª. Nadie podrá dirigir insultos ni molestar con ademanes ofensivos, tanto á los que lleven careta como á los que no vayan disfrazados; entendiéndose comprendidos en esta disposición, las amenazas ó palabras que afecten á la moral ó á la decencia, ó recitar canciones que ofendan á cualquier persona, asociación ó colectividad.

4ª. Se prohíbe el uso de caretas en los puestos de bebidas, cafés ó establecimientos públicos, cuidando los dueños ó encargados de la observancia de esta disposición.

5ª. Los infractores á estas disposiciones serán castigados con multas de una á cinco pesetas.

Espero de la sensatez de estos vecinos evitarán á mi Autoridad tener que tomar medidas de rigor.

Pozoblanco 16 de febrero de 1901.
Miguel López



BANDO DE LA ALCALDÍA PARA EL CARNAVAL DE 1903

Don Lucas del Rey García, Alcalde accidental de esta Villa[1]

Hago saber: Que con objeto de que durante las fiestas de Carnaval no se produzcan desórdenes ni acto alguno que pueda ser reprobado por la más sana moral, he acordado recordar al vecindario los preceptos del capítulo quinto de las Ordenanzas de este Municipio cuyo articulado es como sigue:

Artº. 30. Toda persona que con ocasión de la fiesta de Carnaval se presentare al público en forma que ofenda á la moral ó á la decencia, será detenida inmediatamente y entregada á la Autoridad que corresponda.

Artº. 31. Se prohíben los disfraces, trajes y signos que representen estados religiosos, Militar ó Civil.

Artº. 32. Ninguna persona podrá llevar armas aunque lo requiera el traje que vista, cuya prohibición se estiende [sic] á todos los que aun sin ir disfrazados concurran á los bailes públicos. En éstos no será permitido que los militares entren con espuelas ni los paisanos con bastón, esceptuándose [sic] únicamente las Autoridades.

Artº. 33. Se prohíbe dirigir insultos ni molestar con ademanes ofensivos tanto á los que lleven careta como á los que no vallan [sic] disfrazados; entendiéndose comprendidos en esta prohibición las acciones o palabras que afecten á la moral ó a la decencia, ó recitar canciones que ofendan á cualquier persona, Asociación ó Colectividad.

Artº. 34. No se permite que ninguna persona, vaya ó no disfrazada, pueda descubrir á otra ni obligarla á que se quite el antifaz; únicamente podrán disponerlo la Autoridad ó sus Agentes cuando no se guardara el decoro correspondiente ó se produjera algún disgusto.

Artº. 35. Se prohíbe el uso de caretas en los puestos de vividas [sic], cafés y demás establecimientos públicos; siendo los dueños ó encargados de los mismos, responsables de la observancia de ésta prevención.

Artº. 36. Quedan prohibidos toda clase de juegos ó entretenimientos en las calles que causen molestias al público.

Artº. 37. Los que infrinjiesen [sic] lo que se dictamina en las disposiciones anteriores, serán castigados con la multa de una á cinco pesetas.

Conocidas por todos las anteriores disposiciones no duda ésta Alcaldía que han de ser observadas debidamente, evitándole con ello el disgusto que había de proporcionarle el que los Agentes de su Autoridad se vieran precisados á obligar á que se les preste el debido cumplimiento.

Pozoblanco 21 de Febrero de 1903
Lucas del Rey García

[1] Lucas del Rey García fue alcalde de Pozoblanco desde el 26 de diciembre de 1905 hasta el 21 de febrero de 1907.

BANDO DE CARNAVAL AYUNTAMIENTO DE POZOBLANCO 1903:


Al parecer, el periodo histórico que conocemos con el nombre de “Restauración”, entre 1874 y 1923, fue la época dorada del carnaval pozoalbense. Con la dictadura de Primo de Rivera sufrió cierto decaimiento, aunque sin llegar a desaparecer. Durante la Segunda República recuperó impulso pero también virulencia política.

La descomposición del sistema de la Restauración, muy avanzada ya en la segunda década del siglo XX, actuó como caldo de cultivo para la proliferación de críticas de todo tipo por multitud de comparsas y murgas en Pozoblanco.

Los temas de actualidad nacional e internacional tienen cabida en las letras del carnaval pozoalbense, pero son los problemas y sucesos relacionados con la vida local los que más interesan y divierten al público.

 Grupos de amigos como el formado por el “Chairo”, Martínez “el de las escopetas”, Antonio “el Minuto” o Medina “el de los capotes”, esperaban al Carnaval para poner en solfa a más de uno:


Si vas por el Peñascal
y ves una “Colillera”,
no le mires a su casa,
parece una estercolera…
Una noche muy temprano,
vimos como un horno arder
una casa en Cantarranas
que estaba haciendo el café.
Pero tan pronto lo quiso hacer
que hasta la casa le empezó a arder.
La guardia de pronto
en la puerta llamaba
y el pobre, del susto,
la puerta atrancaba…[2]
 
[2] La copla se refería a una taberna que se encontraba justo en la esquina de la calle Cantarranas con la calleja que se dirige a la plaza del Pósito. La taberna fue pasto de las llamas.
Declarada la Primera Guerra Mundial (1914-1918), las autoridades españolas proclamaron la neutralidad en ella de nuestro país aunque la opinión pública estaba muy dividida entre “germanófilos” y “aliadófilos” y se mostraba muy beligerante en los medios de comunicación y en la calle. Para atajar esta situación y evitar la temida toma de postura de la población en las fiestas carnavaleras, las autoridades gubernativas decidieron actuar del modo siguiente:


COMUNICACIÓN DEL GOBERNADOR PROVINCIAL AL ALCALDE DE POZOBLANCO CON MOTIVO DEL CARNAVAL DE 1916

Sírvase V. adoptar las disposiciones oportunas para que en las próximas fiestas de Carnaval se eviten en esa localidad, disfraces, comparsas y canciones alusivas á naciones beligerantes.

Dios guarde a V. muchos años.
Córdoba 3 de Marzo de 1916.


Fue una medida efímera e imposible de impedir en la práctica incluso en el mismo año de 1916. Las letras de carnaval del año 1917 abundan en clamar por el fin de la Gran Guerra a la que culpan de los males que afligen a nuestra nación y en comparar en defectos a los liberales españoles que gobiernan el país con los dirigentes que acaudillan la guerra europea, en especial con los alemanes:


Ingleses y francófilos
austro rusos y  rumanos
búlgaro serbio alemanes
¿por qué no estrecháis la mano?...
Esa guerra sin ser de España
es peor que el cólera morvo
está haciendo grandes estragos
cada día aumentan
y a cual más gordos…
Estamos con esta guerra
Que no se puede vivir,
Todo en las nubes,
Todo parado,
Todo más caro
Esto es morir…
Guillermo, el de Alemania,
tiene una grande ambición;
¡con la de estos liberales
no tiene comparación!...


LETRAS COMPARSA INFANTIL 1917:

El caciquismo y el reiterativo pucherazo electoral son también víctimas de los dardos envenenados de los letristas del carnaval pozoalbense de este periodo. La crítica corrosiva, expresada con finura o bien de manera descarnada, no deja títere con cabeza. Puede comprobarse en estrofas como las siguientes: 
Un pueblo de una provincia,
que por patrón tiene al “Guerra”[3]
está clavado en un llano
bien cerquita de la sierra…
En Jerez fabrican vinos,
con uvas de sus parrales;
y, aquí ya tenemos quien
nos fabrica concejales…
De una casa, los sillones,
pa mí, no tién los cabales;
pronto los ocuparán
sus obedientes parciales.
Un maestro escuela de aquí,
recientemente aprobado,
que a la provincia de Burgos
fue de paso destinado.
Con motivo de su marcha
quiso ofrecer un perol
a todo aquel que la causa
de su tito defendió[4]


[3] José Sánchez Guerra, político cordobés muy influyente durante la Restauración.
[4] Su“tito” era el mayor cacique del pueblo.


La crítica social y económica, la dirigida contra los poderosos y las puyas anticlericales también protagonizan gran parte de las letras del Carnaval y se encuentran entre las predilectas y más celebradas por el público. En esta dirección, resulta muy curioso y logrado un extenso texto bajo el título de “Carta del Infierno a un condenado de la tierra” que recoge una supuesta misiva enviada por un recién fallecido a un amigo que ha quedado en este mundo. El texto, firmado con el nombre de “El pecado universal”, se amolda muy bien a la ideología anarquista predominante entre la clase obrera española de entonces. Presentamos algunas de las estrofas más conseguidas:


Lo que sí tiene este Infierno
es un clima superior,
que no varía, es eterno.
Ni nos molesta el calor
ni se conoce el invierno…
Aquí vienen los banqueros
pero ya sin arrogancia,
sin orgullos y sin fueros,
y también hay abundancia
de cómicos y toreros.
Los que tronos poseyeron
y los que mitras llevaron,
los que títulos tuvieron,
aquí todos los perdieron
y con todos igualaron.
Curas y frailes, quizá,
pocos sin venir quedaron.
Son los que aquí abundan más,
esos que se condenaron
condenando a los demás…
Aquí todo son placeres,
no se conocen tormentos,
no hay honores ni hay deberes,
estamos todos revueltos,
los hombres y las mujeres…
Torquemada un baile dio,
y con modales atentos
para el baile convidó
a los diez mil ochocientos
españoles que quemó…

Ni aun en cuestiones de amor
hay nadie privilegiado,
y se une a lo mejor
una monja y un soldado,
una reina y un pastor…


Y concluye así:
Ya sabes, Pedro Botero
te facilita el pasaje
y el pase para el portero,
prepárate el equipaje
y andando, que aquí te espero.

Otros temas que destacan en los textos del carnaval de estos años contemporáneos a la Primera Guerra Mundial son los referidos al hambre, a la angustiosa falta de trabajo, al injusto y desequilibrado reparto de la propiedad, a la carestía de la vida, la necesidad de emigración…


En aquel pueblo que fue
enteramente fabril
nadie pudo suponer
se había el hambre de sentir.
Y si antes no se marcharon
al Ferrol o a la Carraca
fue porque de vez en cuando
se moría alguna vaca…
Tan solo hace el amor
en estos tiempos tan fieros
carniceros, panaderos,
taberneros y tocineros…
Se irán maestros de escuela
los albañiles y herreros
los lateros y pintores
y un millar de belloteros…
Miles de obreros por todas partes sobrando están
Habiendo tierras en que podían ganar el pan
No que las tienen para recreo y para cazar,
Bien se conoce que no han tenido de falta el pan
Mas no comprenden
Que esto será
Causa de que muchos pobres
Dejen su pueblo natal
Salgan errantes
Buscando su mantención
Renegando de su pueblo
De sus propietarios
Y de su nación…

La crítica a nivel institucional, la personal o de género, los amoríos… son igualmente materia para la sátira soterrada o más acerva:


Habrá junta en el Concejo
donde se llegue a acordar
abrir una suscripción
para el pueblo amurallar.
Dá el Sindicato seis reales
el Centro trece perrillas
el Progreso dos consejos
y un industrial tres morcillas…
Un cojo muy abrigado
mirando el conflicto aquel
cerrará sus almacenes
llorando a San Rafael…
Las guapas se adelanten
Los niños vayan atrás
Y las feas que se marchen
No nos vayan a asustar…
Para que las solteras
se casen pronto
traigo un medicamento
que da un efecto
maravilloso…
…pero han de tener presente
y que no se olvide el quilate
que a las feas nunca le sirve
de ningún modo este chocolate
y si lo toman revientan
lo mismo que un ciquitraque.
Así es que una polluela
le dijo al novio te quiero
pero te dejo por otro
que su padre es molinero…

La proximidad temporal existente entre la Cuaresma y el Carnaval, entre lo sagrado y lo profano, entre lo celestial y lo mundano, es aprovechada por los letristas para zaherir a una población impregnada de religión como era Pozoblanco. He aquí cómo Saturnino González Reguera retrataba a las integrantes de la cofradía de la Purísima Concepción utilizando como excusa el intercambio de cartas entre una joven cofrade -una “pura”, como se las conocía- y su novio en el servicio militar:


A menudo confesamos,
tenemos nuestros ayunos
y días de misa, que algunos,
hasta cuatro nos cargamos.
En mayo, Juan, ¡qué alegría!,
por mañana, tarde y noche,
“puras” ves a troche y moche,
con las flores de María…
Ahora todos los domingos
y fiestas de calendario,
so pretexto de rosario,
salimos todas de pingo.
No creas que en pelotón,
ni menos desordenadas,
sino en dos filas formadas,
como sale tu escuadrón.
Una carga con la cruz,
otra también lleva el sol,
otras seis con un farol,
y éstos con muy poca luz…


 La contestación del novio es bien expresiva en algunos de los versos:

Echando un pienso al caballo,
estaba, me oí nombrar,
sigo el porqué a preguntar
y con tu carta me hallo.
Carta que si bien no es plata
en amorosa elocuencia,
me prueba hasta la evidencia
que te has metido a beata…
¿Vuestro orgullo no rechaza
ir en esas procesiones,
mujeres como pendones
corriendo calles y plazas?
Y escuchar que un descortés,
diga, si así le conviene,
fulanilla que allí viene,
siendo “pura”, no lo es.

Pero si hemos de seleccionar dos asuntos que acapararon la atención general del Carnaval de Pozoblanco durante 1917, éstos fueron sin duda los relacionados con la aparición de un meteorito (circunstancia que tradicionalmente presagiaba funestas consecuencias) y el impacto producido por los horribles crímenes de un sujeto apodado “el Vagonero”.
La alarma y sensación que produjo la observación en España de un “bólido” o meteorito que atravesó nuestros cielos sirvió de base a una extensa letra de carnaval en Pozoblanco firmada por D. Fernández y José Ballesteros titulada “El Bólido en Pozancón” y con el expresivo subtítulo de “Hambre, miseria, ruina, llantos y despoblación” que cuadraba admirablemente con la penosa situación por la que atravesaba nuestra población. Comenzaba y finalizaba con una invocación a la protección divina y a toda la corte celestial:


Feliz Ángel de la Guarda
mil Santos y un Angelito
San Román y San Tadeo
y San Antonio bendito.
Darnos valor y entereza
para poder explicar
las ruinas y miserias
que en el año han de pasar.
Un “Bólido” ha de venir
y no creáis que es un cuento
tendrá la faz demacrada
y síntomas de un hambriento…

En septiembre de 1916, durante los días de la feria pozoalbense, un individuo que se hacía llamar Antonio Hidalgo, conocido por el mote de “El Vagonero”, sin profesión fija y muy aficionado a la caza furtiva, mató a dos guardas jurados (Juan García Morales y Antonio Torrico) en una finca cercana a Pozoblanco. Posteriormente se supo que ya había asesinado a dos hermanos en Pueblo Carbonero, Jaén, y posiblemente a su propia mujer poco después de la boda. Huyó del país y residió en Argentina y Portugal donde cometió otro crimen. Regresó a España bajo la identidad falsa de Antonio Hidalgo y entró a trabajar en la minería, actividad entonces muy pujante en esta zona de los Pedroches y el Guadiato. Pero fue despedido tras un violento episodio y desde entonces anduvo errante por la sierra. Acto seguido asesinó a los dos guardas jurados pozoalbenses.
Su captura se convirtió en una prioridad para las fuerzas de orden público pero todas las pesquisas y batidas encaminadas al arresto del “Hijo de la Noche” resultaron infructuosas.
El Carnaval de 1917 centró su atención en este asunto:


Si esos terrenos incultos
toditos se cultivaran
la cosa se enmendaría
y no mataran los guardas.
“El Vagonero” mató
a los dos guardas del coto,
a los montes se tiró
y lo van a coger, pronto…
Es una fiera
No hay que dudar
Pues con las muertes que lleva
Es un todo criminal…
Cuánto dolor ha sembrado
En dos familias un criminal!
Su nombre verdadero
Es “Vagonero” hombre bestial…

Muchos años después, en febrero de 1927, una noticia fechada en Bailén daba cuenta de la detención de un sujeto, con las facultades perturbadas, que había robado en varios domicilios. Identificado, resultó ser Matías Yegres, el famoso “Vagonero”. Padecía enajenación mental. Fue conducido a la cárcel de La Carolina y allí falleció el 7 de marzo del mismo año citado a causa de una miocarditis.
Precisamente unos días antes del fallecimiento del famoso criminal relacionado con Pozoblanco, el jefe de los municipales firmaba la siguiente notificación:


COMUNICACIÓN DEL JEFE DE POLICÍA MUNICIPAL AL ALCADE DE POZOBLANCO CON MOTIVO DE LA FINALIZACIÓN DE LOS CARNAVALES DE 1927
 
Tengo el honor y satisfacción de participar a su autoridad para su superior conocimiento, han transcurrido los tres días de Carnaval sin incidente digno de mención.
Dios guarde a V. m. a.
Pozoblanco 2 de Marzo de 1927
El Jefe de Policía
Fernando Aguilar


Eran tiempos de la dictadura de Miguel Primo de Rivera y el Carnaval se limitaba a intentar sobrevivir y a no incomodar a las autoridades. Los bailes de sociedad durante el Domingo de Piñata, en recintos cerrados como el Teatro Renacimiento, habían venido a sustituir al bullicioso e indomable Carnaval callejero de otros tiempos.
Tras la proclamación de la Segunda República en abril de 1931 el Carnaval cobró nuevo impulso. Proliferaron las murgas integradas por componentes nativos pero Pozoblanco se convirtió también en asiduo escenario para agrupaciones carnavaleras venidas de otras poblaciones cercanas como Añora, Pedroche, Villaralto o Villaharta. Seleccionamos dos ejemplos.
Una estudiantina procedente de Dos Torres e integrada de forma exclusiva por mocitas pulcramente vestidas de enfermeras cantaron en Pozoblanco lo siguiente:


Somos las damas de la Cruz Roja
y no venimos buscando amor
porque hace tiempo, desde muy niñas,
ha sido siempre nuestra opinión.
Todas dejamos nuestros hogares
para marcharnos a un hospital
porque asistiendo a los enfermos
es un buen acto de caridad…

El segundo ejemplo lo proporciona una murga venida desde Villaharta con un texto alusivo a los problemáticos amores de una joven pareja; la familia de ella no aceptaba al pretendiente y la cosa se puso tan fea que llegó un momento en el que la madre, armada de una escopeta, salió de la casa con las peores intenciones. La letra siguiente narraba el momento culminante del suceso:

La madre salió de casa
como una loca perdida
cuando lo vio que salía
de la casa de una vecina:
¡Si ese se arrima a mi puerta,
le pego un escopetazo!
Ay por Dios, mamá,
no lo mate usted,
porque si no yo
también moriré…

Para entonces, en los años de la Segunda República, la carga política se había adueñado cada vez más de las letras del Carnaval. Esta letra del carnaval pozoalbense inmediatamente anterior al comienzo de la guerra civil es buena muestra de ello y también de que las formas y las promesas de los políticos han cambiado, con el paso del tiempo, muy poco:


Recordamos en el treinta y uno,
y en la fecha catorce de abril,
que pensamos renovar a España
porque Azaña lo prometió así.
Prometió al obrero inocente
muchas cosas que no podían ser,
todo era mentira y engaños
para llegar a tomar el poder.
Pero nunca les coge a ellos dentro
cuando estalla la revolución
y procuran coger las fronteras
y marcharse a puerto Mahón.

La guerra dejó pocas ganas de Carnaval y, una vez concluida,  el régimen franquista prohibió todo tipo de manifestación carnavalera. Tuvieron que pasar muchos años hasta que la opresión aminorara de intensidad y permitiera de nuevo alguna que otra inofensiva burla.

José Luis González Peralbo.

 

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