En este terreno del cosmopolitismo que invade últimamente Pozoblanco, en el que cabe casi de todo, se une ahora el fenómeno del
Shoefiti, un juego de palabras entre shoe -zapato, en ingles- y grafitti, que consiste en adornar las calles con los zapatos colgando de cables eléctricos, creando composiciones o juegos de colores, en una especie de grafitti aéreo. Las zapatillas son lanzadas amarradas por los cordones y se enredan quedando expuestas.
El
origen de este fenómeno estaba en Estados Unidos y allí servía como una manera de "marcar" territorios de pandilleros. Por otra parte, existe la leyenda urbana de que las zapatillas colgadas indican que en un lugar próximo se vende droga.
En Pozoblanco, en los últimos días han sido colgadas zapatillas en distintos lugares, entre ellos el inicio de la calle Padre Tarín, junto al Conservatorio Marcos Redondo y la Plaza de la Iglesia, lugar al que se corresponden las fotografías.
Al parecer, los autores de tan singular conducta son adolescentes y jóvenes que emplean este código urbano para comunicar algo.
Operarios municipales han retirado a primera hora de la mañana de hoy jueves las zapatillas colgadas.