María Cantero tenía una gran devoción por la Virgen de Luna. Cuando le preguntábamos que manto le iba a poner a la Patrona, siempre nos contestaba: "Ella está guapa con cualquier cosa que le pongamos". Siempre con la compañía fiel de su marido, Rafael Agudo, María compartía con nosotros sus nervios y su responsabilidad cuando se acercaba la romería de la Virgen de Luna o cuando comentábamos con ella las flores que llevaba la Virgen en su templete dorado del Domingo de Resurreción. La última vez que pasó por nuestros micrófonos fue el jueves 31 de enero pasado, tres días antes de la Romería de traída de la Virgen de Luna.
Ayer, día en el que se despedía el Papa Benedicto XVI, fallecía a los 72 años, aunque su recuerdo de mujer buena quedará para siempre.
En los últimos 12 años fue la camarera de la Virgen de Luna. Hace pocas semanas explicaba que para ella ser la camarera de la Virgen de Luna significaba
"una cosa muy grande porque yo nunca pensé que podría ocupar el cargo. Mi padre tenía locura por la Virgen, quería compartir con todos ese día y eso queda. Siempre he ido al Arroyo Hondo cuando no he podido acudir a la romería por motivos familiares porque parecía que me faltaba algo. Yo estoy muy agradecida, aunque ser camarera da mucho trabajo y preocupaciones, pero si se hace con gusto y alegría no cuesta".
El duelo tiene lugar en el Tanatorio Abades y el funeral se celebra esta tarde a las 17.00 horas en la Parroquia de Santa Catalina, junto a la Virgen de Luna. A Rafael y a sus cinco hijos le transmitimos todo nuestro cariño en estos difíciles momentos.